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sentir o dormir

     Llámame histérica pero no permito que mis sentimientos y emociones duerman.
En esta sociedad, cada vez se ocultan más las emociones y los sentimientos.
Se nos enseña y corrige como para ser inexpresivos. Desde niños, que si los hombre no lloran, que si no llores que te salen arrugas, no rías tanto que eres escandalosa, baja la voz, compórtate...
     Un sin fin de cosas, una cadena de situaciones en las que se nos prohíbe, exige y corrige para estar en sociedad.
¿Qué les pasa a las mujeres, tienen miedo de ser llamadas “histéricas” por los demás o acaso buscan que los cambios hormonales no interfieran en su productividad laboral o saber estar en la sociedad? ¿Y los hombres, acaso son menos hombres si afloran en sus rostros lágrimas de emoción, dolor e incluso frustración?
     Yo como mujer, pienso que  los cambios en el ánimo femenino son una muestra de nuestra evolución como especie, signos de una emocionalidad normal, signo de estar sanos.
Acaso las mujeres temen ser llamadas ‘histéricas’ solo por seguir sus emociones naturales. ¿Cuál es el origen de ese miedo? ¿ es consecuencia del machismo?
     Si una mujer se comporta de una manera que un hombre encuentra incontrolable o inconveniente, se la acusa de ser histérica, loca. Básicamente, el mensaje es que ella no tiene derecho a sentir o actuar así, porque no está en consonancia con la forma en la que un hombre sentiría o actuaría. Los sentimientos ponen nerviosa a la gente porque suelen ser intensos y difíciles de predecir. Durante siglos, se ha animado o educado a los hombres para suprimir su parte emocional, y ahora parece que las mujeres están siendo alentadas a hacer lo mismo.
     ¿En qué momento llorar se convirtió en algo malo?
Por qué solemos asociar el llanto con la tristeza, no se trata solo de dolor. Cuando tenemos miedo, estamos frustrados, cuando vemos la injusticia, cuando estamos profundamente conmovidos, lloramos. Y algunas mujeres lloran más fácilmente que otras. Esto no quiere decir que seamos débiles o estemos fuera de control. 
     En una sociedad sobremedicada, nuestras emociones se vuelven sintéticas, lo que nos hace parecer inquebrantables e insensibles. Para el crecimiento personal, para un matrimonio satisfactorio y para un mundo más pacífico, lo que todos necesitamos es más empatía, compasión, receptividad, emotividad y vulnerabilidad, no menos.
     La solución es llegar a ser más emocionales y no menos, para que podamos sentirnos plenas y profundas y para comunicar nuestros sentimientos con los demás. Si una mujer siente que algo está mal, tiene que decirlo. Si se priva de sentir, ¿cómo identificar lo que la incómoda y arreglarlo? ¿ es que acaso también pretenden que seamos sumisas y mudas?
     Me permito sentir, me permito expresar mis sentimientos y no voy a dejar que duerman.

Quizás si muchos se lo permitieran habrían menos silencios, menos daños llevados a secretos y menos tabú..


.“Cuando llegues al final de lo que debes saber, estarás al principio de lo que debes sentir. Gibran Galil.”





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