El Sol no sale en mi triste vida gris,
dentro de la prisión no se puede vivir.
Ya no son más que recuerdos
que conmigo siempre irán.
Sabes que no te olvidaré,
éstas ramas podridas no abrigan.
Aullidos en la noche que me hacen temblar,
los gritos me estremecen, el dolor me hace llorar.
Destrozada en la cuneta
siento que llega mi fin.
Aunque me hayas agraviado así,
mi último aullido sabes que es para ti.
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