Subo un artículo de texy cruz, activista de la lucha contra el abuso sexual, coordinadora del Área Sobrevivientes del Príncipe Lila, posteriormente por espacio ha sido modificado y se le ha añadido la aportación de Arturo Góngora, también del Príncipe Lila. Lo ponemos integro porque me ha parecido interesante y aquí lo de fuerte queda corto, ya saben. El modificado lo podéis leer en:
Los agresores sexuales bajo la mirada de las víctimas
Hoy no voy a ser políticamente correcta sino completamente sincera. Una noticia ha saltado a todos los medios de comunicación, tal como la recoge el El Mundo, en España es la siguiente:
Fuentes policiales confirmaron a EL MUNDO de Andalucía, que los hechos ocurrieron el pasado viernes, cuando el padre de la joven discapacitada, de nombre Miguel, se encontró en una plaza del municipio ecijano al supuesto abusador de su hija, identificado como José B.R. y ambos se enzarzaron en una discusión que terminó de forma violenta cuando el primero le propinó, al menos, un fuerte puñetazo al otro. A consecuencia del golpe, José cayó al suelo y, al parecer, se golpeó la cabeza con un objeto contundente, probablemente un bordillo o una piedra y falleció. Miguel se enfrenta a una condena por homicidio imprudente.
Ante esto es muy complejo opinar, creo que no se debe tomar la justicia por su mano pero comprendo lo sucedido. Sea su hija discapacitada o no, aunque hay que destacar su peor defensión ante tal acto, lo grave es que sufrió abuso sexual y eso es gravísimo y peor que se encuentre con su agresor.
Las secuelas de los abusos sexuales pueden perdurar para el resto de la vida. Si nos ponemos en su lugar muchos reaccionaríamos del mismo modo porque el dolor, la rabia y la impotencia ciegan.
No quiero que sea condenado, no quiero cárcel para Miguel pero no es la mejor forma de hacer justicia. Desde hace mucho tiempo se pide cadena perpetua como pena de muerte, como mejor condena para los pederastas y violadores. No hacen caso y llegan al extremo de que se produzca la ley del Talión.
Ya en muchas cárceles antes las bajas condenas por pederastia y violación están los propios presos torturando con métodos indescriptibles a los mismos hasta ocasionarles la muerte.
No creen en la rehabilitación, ni en la castración química. Solo en que no estén en la calle nunca más.
Global mente un abusador sexual, de una forma genérica, les a persona que posee una conducta en la que una persona, es utilizado como objeto sexual en total desigualdad, ya sea en cuanto a edad, madurez o poder, no importa cultura, condición social, raza o lugar. Deja secuelas que no siempre remiten con el paso del tiempo.
Para las víctimas, es un monstruo, es un criminal que sólo satisface sus necesidades sin tener en cuenta nada ni a nadie.
Se justifican usando expresiones tales como, "me enamoré de ese niño o de esa persona...","lo veía como un adulto más...","no pude evitarlo" o "no pude controlarme..."
Sinceramente al leer cosas así me cuestiono la intensión, cuál es, qué les comprendan, que tienen derecho a ser rehabilitados, que se justifican para enmendar su error...todos tenemos voz y derechos eso está claro pero creo que el de las víctimas deben prevalecer por encima porque es tremendamente duro, y en la mayoría de los casos, no se rehabilitan y reinciden en sus fechorías y queda impune mientras se siguen destrozando vidas.
Sinceramente al leer cosas así me cuestiono la intensión, cuál es, qué les comprendan, que tienen derecho a ser rehabilitados, que se justifican para enmendar su error...todos tenemos voz y derechos eso está claro pero creo que el de las víctimas deben prevalecer por encima porque es tremendamente duro, y en la mayoría de los casos, no se rehabilitan y reinciden en sus fechorías y queda impune mientras se siguen destrozando vidas.
Un agresor sexual tendrá sus razones criminales, psicológicas, emocionales, sexuales, las que sean, pero nunca habrá manera de justificar su crimen…Incluso se podrá comprender sus vacíos existenciales, sus huellas de vida sin trascender.
Difícil de entender un por qué a sus actos depravados, porque todo tiene un límite.
Y aún preguntan si saben lo que es tener compasión...¿él la tuvo con las víctimas?.
Pues no, Son monstruos disfrazados con piel de corderos.
Considero que ya es tremendamente difícil sobrevivir ante procesos y paliar las secuelas que pueden llevar toda un vida, se les ha robado la esencia vital del alma y a veces se les pide consideración ante ellos.
No los consideran enfermos sino monstruos y mantendré siempre ese concepto, si necesitan ayuda es respetable pero no creo en su cura.. Indigna por ejemplo, hechos tales como cuando leo que hasta para los curas pederastas, la iglesia católica crea programas terapéuticos y espirituales, crea clínicas para curar la pederastia entre sus sacerdotes" Es molestoso y ridículo, no es crítica hacia la religión sino al fondo, como para muchos son hoteles donde se les esconde, considero ser agresor sexual, no es una enfermedad como la gripe o la tos, que se cura con una pastilla o un jarabe. Deja vidas tremendamente destrozadas, dolor que arde y late hasta con el paso de los años.
Quién proporciona ayuda a las víctimas, quién les ayuda a continuar sus vidas, les ofrece esos hoteles de sanación o una rehabilitación...
Bajo mi parecer y sin querer ofender veo defensa para ellos, justificación a sus actos, comprendo sus derechos pero no deberían salir más a la sociedad.
Cómo se sentiría una víctima al cruzase con su agresor...tremendo no, se sentiría violada otra vez...
Creo que quien necesita una oportunidad es la víctima, si la sociedad estuviera mejor preparada para paliar esta situación ya sea concienciándose, con mejores medidas legales, con protección y ayuda y calidad de humanidad quizás algún día hablaríamos de otras cosas... Y Miguel no estaría detenido jugándose el perder tiempo sin estar al lado de su hija que lo necesita.
Para comprender un poco el otro lado, deben leer algunas de las palabras que han salido de bocas de agresores sexuales y pederastas que también obviamente lo son :
_ Un director de un colegio describía con pelos y señales, con todo lujo de detalles como sometía a una niña, desde los seis años a la actualidad que tenía 9 en esa época, a sus más perversas aberraciones para satisfacer sus necesidades, deseos y lujuria dicho por él mismo. Además de describir como disfrutaba haciéndole daño no "tener tacto", buscando sólo su goce perverso, como la intimidaba para no contarlo, como la amenazaba para que nadie se diera cuenta...y relatando como con el paso del tiempo se dejaba, argumentando que disfrutaba como él que se lo pedía incluso...manifestando hacerla un "grato favor"...
Pero al dejarse ya no le hacía gracia y lo dejó...
- Este es un hombre de 45 años de edad que se confiesa con una atracción hacia los niños. Su testimonio dice así:
“Nuevamente me volví a enamorar de un niño. Caminé por el parque de mi vecindario y 4 niños que estaban jugando al béisbol me vieron y se acercaron corriendo hacía mí.
Encontré que había un niño nuevo entre ellos. Tenía alrededor de 10 años y era un niño tímido. Empezó a hablar conmigo y platicamos tranquilamente. Todos nos empezamos a arrojar hojas de los árboles a cada uno, pero este niño continuaba tirándomelas hacia la cara. Parecía que yo era la única persona que estaba ahí. En esos momentos fue cuando me enamoré de él.
Repentinamente dejé de jugar con él y lo miré hacia los ojos. No puedo describir la manera en que él me miró y me sonrió. Él ya no tenía ningunas hojas para tirarme, pero de pronto agarró una gran cantidad de ellas y me las arrojó a mi cara.
Cuando me acerqué a él, él sonrió con una sonrisa que me derritió. Corrí tras él y le tomé en mis brazos y les grité a los otros niños “¡eh tengo a un prisionero!”. Yo lo tomé por detrás con mis manos y puse mis manos en su estómago. Sentí que su corazón latía fuertemente. Su cabeza estaba como recostada en mi pecho y pude oler la fragancia de su pelo; él se quitó y se quiso ir a su casa. Entonces el niño y yo nos miramos y le dije “adiós mi amigo de grandes hojas”, él gritó y dijo “ajá, qué chistoso”. Yo oré a Dios y le di gracias a Dios. Lo quiero volver a ver”.
Este hombre de 45 años, que está jugando con unos niños, de pronto, con un juego tan sencillo como el de tirarse hojas del árbol caído unos a otros, lo interpreta como si fuera una cuestión de intimidad o de que hubiera una atracción entre el niño y el adulto. Fue el paso para abusar sexualmente de él.
- Ella me provocaba, me lo estaba pidiendo a gritos. No pude contenerme y tomé lo que era mío y encima se queja.
Argumentos que no justifican los actos, da igual como se vista, a la hora que se esté en la calle, nada justifica una agresión sexual.
Son personas que no deberían estar sueltas. Creo que necesita más ayuda quien sufre estas aberraciones a la intimidad e inocencia que quien lo hace, dado que estoy convencida en que no cambian y lo volverían a hacer mil y una vez más...
Creo que se debe emplear el tiempo en condenar y evitar que en rehabilitar, creo que el grito aún debe ser más alto, no puede ser más claro porque siento que a los sordos no les llega a pesar de los lamentos en la soledad de la indiferencia...Hay que mirar dónde se debe y dejar el velo caer de la ignorancia no hay que resignarse y proseguir sino gritar más sin rendirse ni desvanecer.
Todos tienen derechos pero deben prevalecer los de las víctimas, considero a Miguel también una víctima y desde aquí le enviamos nuestro apoyo.
Si las condenas fueran como deben, si los agresores no vieran la luz del sol más, no seguirían violando y Miguel estaría felizmente con su hija.
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