Se que no llegará esta declaración a
tus manos, pero no me quedo con las ganas de pronunciarme. Nunca me
he dirigido directamente, solo al monstruo, mi monstruo, pero has
pasado de nivel, estás en el de la ignorancia, has perdido.
Escribo, escribo y me ahogo en mis
palabras que acuchillan cada sentimiento terminando con la
existencia, tu existencia, con las vidas que robaste. Intentaron
crear una vida para mí, nadie me preguntó, ahora la creo yo.
Comprendí que los sueños rotos se
recomponen y que seguir creyendo en lo que pudo ser y no fue, en esos
sueños rotos, no hace más que daño.
Las telarañas se apoderan de los
recuerdos de la infancia, acampan a sus anchas sin ningún
impedimento. Perder los recuerdos no se puede, tarea imposible y
además no se sabe que pueden reportarte con el paso del tiempo. Si
supieras lo que me han aportado, aprendizaje, coraje y fuerzas para
acabar con muchos engendros como tu.
Estoy de rodillas envuelta en sombras y
una puerta atrancada que da portazos.
Mi corazón está envejecido por el
cauce vivido que donó mi niña, la que pude ver más allá del
desamparo que se elevó ante mi.
Dejando una gran fuerza cuando la
liberé, la de seguir a delante luchando. La arrebaté de tus garras
y la hice libre.
Las nubes solo se dispersan ante la
irradiación cálida del Sol, más sin desaparecer en su totalidad
los recuerdos, aquellos furtivos emisarios del dolor, que siempre
estarán y aunque una mejor época se encargue de fustigarlos, estos
se mantendrán pero se curarán. Creíste dejarme destruida para
siempre y sorpresa aún sigo aquí.
Mi suspiro exasperado, mi cobijo entre
las sábanas con la caída de esta noche...como tantas noches.
Solo necesito ser acallada con un Basta
pero esta noche, al caer la melodía pegadiza que reposa en los
recuerdos que tanto deseo olvidar...Me he puesto a pensar. Me he
convencido que no soy presa de tu daño sino cazadora de tus pasos.
Descubrí que si de verdad quería
olvidarlo solo podía recordando. Así mi desolada habitación dejó
de tenerme postrada entre sus sábanas.
Quizás brotó una lágrima, quizás
fueron más, representando todos mis pesares, sacándolos de dentro
de mi misma.
Quizás debiera pensar en mi
imaginación, en que soy como un cisne entre patos y que más que
aprender Cua Cua lo que necesitaba era cambiar de bandada y encontrar
la mía propia.
Con las puntadas de tinta repasada,
bordo las heridas que llevo y veo como deberían ser las cosas y cómo
son. Ahora puedo más que tu.
Es bastante común negar la tristeza,
las penas y el dolor. Negarnos las emociones pero yo las llevo a flor
de piel.
El Miedo me ha servido para estar
alerta y reaccionar con rapidez, el Asco ha sido escape ante
situaciones dañinas, la Ira mueve mi energía para actuar sobre un
comportamiento externo que considere injusto...
Mis emociones también cumplen su papel
y es lo que me ha convertido en lo que soy. Una guerrera
sobreviviente a tu dolor.
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