Aferrarse
al pasado no sirve de nada, solo hace que nos atormentemos y
desperdiciemos más la vida.
Repetir
constantemente la película de nuestra vida, preguntándonos qué
pudo haber sido, de las cosas que se dejaron de hacer, los sueños
frustrados, etc. es nocivo y lastima.
Recuerdo
perfectamente una ocasión en la que llamé al teléfono fijo de una
persona que acababa de conocer y obtuve el siguiente saludo de su
contestador: “hola, no me encuentro en casa. Si tiene algo que
contarme sobre el presente, déjeme su mensaje. Si es sobre el pasado
o peor aún, sobre el futuro, ni se afane por decírmelo. Gracias”.
Aunque quedé pasmada por unos segundos, me pareció divertido y
didáctico lo que acababa de escuchar.
Y es que frecuentemente vamos distraídos por la vida, como el tronco que arrastra la corriente, sin detenernos a observar lo que sucede alrededor, atrapados algunos en el pasado, aterrorizados otros, por lo que viene. ¿A quién no le ha pasado que yendo de viaje (aún en un trayecto corto), por estar sumergido en sus pensamientos, se pierde detalles del recorrido? Llegamos a nuestro lugar de destino y no nos damos cuenta ni a qué hora pasó.
Son muchos los autores que han desarrollado este tema del “aquí y el ahora”. Por todos lados escuchamos la frase: “vivir en el presente”, pero son pocas las personas que comprenden y aplican su significado.
Muy diferente es la retrospectiva, o sea la revisión de las memorias del pasado; que sólo debe ser usada en momentos de evaluación de las lecciones afrontadas para aprender, dar la vuelta a la hoja y seguir adelante. Eso si es válido.
Por otro lado, preocuparse por el futuro tampoco tiene sentido. Es favorable planear los proyectos, pero no lo es obsesionarse con algo que aún no sucede. De hecho, el futuro lo creamos hoy y está condicionado por las decisiones que hacemos o dejamos de hacer.
Ambos
procesos: añorar el ayer y anticipar el mañana, desgastan
energéticamente e inmovilizan a la persona robándose la paz
interior y la posibilidad de actuar correctamente en el presente.
Aunque literalmente la expresión “vivir en el
presente”
es algo errada, ya que no se puede escapar del presente (¿quién en
realidad vive en una fecha que no sea la de hoy?), Deepak Chopra,
médico y escritor hindú, lo relaciona con mantener la atención en
lo que existe aquí y ahora, buscando la plenitud en todo momento.
Ello requiere tomar conciencia y disciplinar la mente para estar en
el presente, ya que nuestro poder de creación y manifestación
reside en el ahora.
¿Qué
conlleva vivir en el presente?
• Disfruta de cada momento como una parte del todo, sintiendo además que uno es una pieza valiosa dentro de ese todo.
• Acepta con amor las cosas tal y como ocurren.
• Sonríele a la vida, entendiendo que la felicidad ya existe ahora mismo.
• Desiste de lidiar con todo y con todos, tratando de alterar el orden perfecto de la vida y sus procesos. El universo vive a través de cada uno en este momento. Lo ocurrido en el pasado no puede condenarte eternamente ni se puede cambiar cuanto menos borrar, pero si date la oportunidad de vivir, labra un nuevo comienzo, un nuevo presente.
• Disfruta de cada momento como una parte del todo, sintiendo además que uno es una pieza valiosa dentro de ese todo.
• Acepta con amor las cosas tal y como ocurren.
• Sonríele a la vida, entendiendo que la felicidad ya existe ahora mismo.
• Desiste de lidiar con todo y con todos, tratando de alterar el orden perfecto de la vida y sus procesos. El universo vive a través de cada uno en este momento. Lo ocurrido en el pasado no puede condenarte eternamente ni se puede cambiar cuanto menos borrar, pero si date la oportunidad de vivir, labra un nuevo comienzo, un nuevo presente.
Algunas sugerencias adicionales para tomar consciencia del momento son :
• Agradece y acepta el presente, la vida es tal cual como llega y no la desperdicies tratando de controlarla. Mejor, hazte cargo de tus reacciones. Todo el trabajo está por hacerse ahí en tu interior. A diario está haciendo elecciones con sus pensamientos, percepciones, sentimientos y acciones.
• Desacelera. Respira profundo y observa detalladamente con total paz tu entorno, la naturaleza, las personas. Advierte los sonidos, las fragancias.
• Haz que cada día cuente, apreciando cada experiencia vivida y procurando hacer de cada instante un momento especial. Vive el presente de manera tal que merezca la pena.
• El presente es su realidad y su campo de acción. No es fácil tener un presente placentero sino sabemos dónde estamos, qué queremos y para donde vamos. Así que definete y enfóquate en lo que deseas construir en todas las circunstancias.
• No permitas que la mente y el ego te arrebaten la majestuosidad del momento actual. Piensa y habla del presente, sobre lo que le está ocurriendo ahora mismo.
• A menudo haz cortas pausas en tu actividad y enfóquate completamente en el presente. Pregúntate: ¿cómo me siento?, ¿qué estoy haciendo?
• Desecha de tu vocabulario expresiones como: “si hubiera…” o “que tal si…”. El presente es como debe ser. Todo tiene una razón; es ahora cuando la vida transcurre.
Solo tu decides lo que quieres hacer en este momento. Centra tu Ser en el ahora y no permitas que el pasado se entrometa. Recuerda: ¡la vida es un eterno presente!
Ole! Muy buena entrada. Nis perdemis media vida lamentándonos por lo que pasó, vislumbrando mil posibilidades catastróficas de un futuro que no conocemos y nos olvidamos simplemente de SENTIR...
ResponderEliminarGracias Sui, así es debemos intentarlo. Un enorme abrazo y gracias por pasarte por este espacio ;)
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